País

poema de augusto carrasco
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Vengo
de pronunciar la palabra aguacero
de escuchar en tu vientre el apareamiento de luces primarias
de la falla geológica que permite nuestra tristeza peruana
soy como la hora punta de un invento marino de una ciudad en celo
de miles de antenas abriéndose en los cabellos de muchachas azules
los peciolos y esterlinas que derrama tu régimen de luciérnagas
así me despido lentamente de mis manos libres de impuestos
doy las gracias y envuelvo mis intenciones en pañuelos ensangrentados en
vino
de papel de corazones de plástico de este cuero de legumbres
con principios de neumonía estoy escapando
de mil helicópteros que abrazan con ternura
de asesinos en serie que buscan el perdón al interior de una flor
por acostarse sobre la leche tibia de la noche
con una mujercita parecida a un trozo de canela
a buscar en los jeans algo de dinero
por conseguir una mascota de jabón de melodías de plástico
de un arcoíris de coral de vapores
de teclados que sólo tienen las cuatro letras de tu nombre
del suficiente ingenio para laboratorios destrozados
en la cámara oscura de una pesadilla
por las piezas de almendra de los mecánicos
la velocidad de nuevas escrituras en el incendio del mercurio
un día abriré tu corazón como el leñador que abre una sandía
la sed me desprenderá animales de bengala
en el parque destrozado de nuestras primeras pequeñas batallas.
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